7 ene 2013

08/01

  Es así como se consigue volar, cerrando los ojos, abriendo y lamiendo las heridas mientras sueñas en un parque, sueñas que mueres y  que la calma y el alivio existen.

  ¿Te perderías para encontrarte? ¿Para encontrarme? Besos que siguen mintiendo y que solo llegan con la imaginación. Demasiados recuerdos llueven esta noche. Esta noche en la que decido volver a  mis cementerios llenos de alegrías enterradas que intentan descansar en paz.  Sin embargo sigo aquí, escarbando en la tierra con los dientes para encontrarlas, para despertarlas y recordar que no fueron mentiras.

  Por fin vuelvo a volar. Volar sin rumbo y añorando mis heridas, precio justo a pagar por  no saber cuidar del tesoro más codiciado por todo ser que siente. Es por eso que los mejores sueños son aquellos en los que muero. Cuando yo soy del frío y él es mío.

  Tengo que dejarte.
Tengo que dejarte volver a casa.

  Recuérdame fría, sentada contemplando el reflejo del cielo en el río, volando, soñando, matando mis ideas para crear otras, rompiendo mi corazón. Recuérdame soñando violeta en la niebla, con los sollozos de un piano que escapan a mis palabras.
  Recuérdame soñando,
siempre soñando que muero.