22 mar 2010

Admito


Es tan humillante como necesario reconocer que las palabras superan mi inteligencia, son demasiado esquivas y repetitivas cada vez que intento relatar o describir el lugar donde vivo oculta.

Letras que se suceden unas a las otras dispuestas a liberar un grito que mi cuerpo inmóvil no puede escupir. No existe un párrafo lo suficientemente loco, triste ni complejo que haya salido de mi mano que sea capaz expresar la belleza del sentimiento que huye de mi con un movimiento.

La frustración resulta entonces doble, pues mi cuerpo está atado y no puede hablar
y mi premio de consolación , palabras, simplemente se burlan y me dejan un paso detras de ellas.
No importa cuando corra en su búsqueda, por que como había dicho antes, mi alma hábita otro lugar, donde ninguna palabra puede entrar, y mi inteligencia nunca podrá alcanzar aquellas que sean precisas,bellas y necesarias.