3 nov 2010

Ámame...

A un paso de ti ,del beso, está la soledad, mientras tú te alejas del ahora ya frio colchón.
Mi amor, sin ti esta cama es demasiado ancha y el día se olvida de entrar por la ventana.
Sin ti no puedo entender que es despertar

¡Recuérdame! por favor, mi amor.
El corazón se enfría, los gritos cubren de escarcha los susurros que un día me mintieron, prometiéndo no olvidarme jamás.

¡Perdóname! mi amor,
la vida me dolía demasiado como para seguir amándote. Tú pagaste mis dudas, tú pagaste mi rencor, tú pagaste mi no saber querer. Te veo llorar y ya no puedo sentir,  porque ya no quiero.

¡Sálvame! mi vida,
aunque te haya abandonado y empujado hacía tu cielo donde nunca ha dejado de llover.

¡Ámame!
a pesar de haberte quitado las ganas de ser, tú sabes que te amo pero no puedo decirtelo.

¡Bésame!
cada vez que te lo ordene, por favor  no me quites el trocito de corazón que me queda, aunque para hacerlo tengas que destrozar el tuyo.

¡Perdóname!  amor mío,
por matarte, yo te advertí que quedarte a mi lado te haría sufrir.
No regales a nadie tu calor a pesar de que yo lo rechace y te deje morir de frío.

¡Discúlpame!
por destruír esto, por destruírte y acabar con tu alma,
romperla en pedacitos tan pequeños que no importan, pero si abren tus heridas.

Sé que en veneno has transfomado tu bálsamo y que con cada beso te vengas y me matas.
Sé que con cada caricia desearías rasgarme la cara y sabes que las cicatrices quedan por dentro.

Te entiendo y me duele, pero te vuelvo a suplicar
¡Ámame, bésame, recuérdame, perdóname y sálvame!
Y si el dolor no te lo permite
¡mátame! por que sin ti no sé vivir
y la vida hoy me duele demasiado.